Los implantes dentales son elementos aloplásticos (sustancias inertes, extrañas al organismo humano) que se alojan en pleno tejido óseo con la finalidad de conservar dientes naturales o de reponer piezas dentarias ausentes.
Durante los últimos años, se han producido avances tecnológicos y biológicos muy importantes en la Implantología, que han determinado que el número de pacientes tratados con este método sea cada vez mayor.
Actualmente, las técnicas implantológicas te dan la oportunidad de tener múltiples posibilidades de tratamiento con muy buenos resultados. Ello ha contribuido a ampliar el campo de la rehabilitación protésica. Los implantes que no penetran en el hueso se llaman yuxta-óseos y fueron intruducidos en 1940. Los implantes que penetran el hueso se llaman endo-óseos para los cuales son necesarios el uso del bisturí. Estos implantes pueden ser metálicos, de carbón vitrificado, cerámicos, de material orgánico o semi-biológicos. Estos implantes se dividen en cilíndricos, roscados, a lámina y de cresta delgada:
- Los implantes endo-óseos cilíndricos: pueden ser de superficie no roscada con el fin de que el hueso se desarrolle en su interior y se fije por retención mecánica.También pueden ser roscados , con lo que se consigue aumentar el área de contacto del implante con el hueso.
- Los implantes a lámina: Dan muy buenos resultados cuando hay que remplazar un incisivo, cuando el hueso es bastante ancho y profundo. Existen láminas prefabricadas, en las cuales la parte a insertar es casi inexistente. La ventaja de la lámina, es que se evita una segunda intervención y se puede terminar en una sola sesión.
- Implantes de cresta delgada: su empleo es el más fácil porque no presenta ningún peligro y la instrumentación es de las más reducidas.
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